ALBÓNDIGAS CASERAS SIN FREÍR

1. En un bol ponemos la carne picada, el huevo, la miga de pan remojada en la leche, el comino, el pan rallado, el perejil fresco y el ajo picados. Salpimentamos y mezclamos bien con las manos, hasta que todos los ingredientes se hayan integrado. Después, damos forma de albóndigas a la carne. Para ello, hacemos bolitas no más grandes que una pelota de pin pong y las reservamos en un plato.
2. Hecho esto, continuamos con la elaboración de nuestras albondigas caseras sin freir. En una cazuela, ponemos un chorrete de aceite y lo calentamos a fuego medio. Cuando esté caliente, añadimos la cebolla y los otros dos dientes de ajo picados. Salpimentamos y dejamos que todo se cocine durante unos 10 minutos, removiendo con cierta frecuencia.
3. Cuando la cebolla haya cogido un poco de color, añadimos el tomate triturado y salpimentamos nuevamente. Mezclamos todo bien y lo tapamos. Dejamos que se cocine durante 15 minutos a fuego suave, y removemos de vez en cuando. Pasado este tiempo añadimos la salsa de soja y el caldo de carne. Lo mezclamos de nuevo hasta que todo se integre.
4. Es el turno de añadir las albóndigas en crudo, una a una. Para no tener que freírlas, las vamos a cocinar en la propia salsa. Para que nuestras albondigas caseras sin freir se impregnen bien de la salsa, cogemos la cazuela y hacemos movimientos circulares con las manos. Hecho esto, dejamos que se cocinen unos 20 minutos, moviendo la cazuela de vez en cuando, hasta que estén completamente cocinadas. Después, retiramos del fuego y servimos.

Prepara en casa estas albondigas caseras. Más rápidas, más sanas y con menos ingredientes que las tradicionales. ¡Y sin necesidad de freir! Pruébalo y sorprende a todos tus invitados con este delicioso plato.